jueves, 23 de diciembre de 2010

Navidad, Navidad en la tierra y el mar!

Un breve repaso del compartir de la noche del 15 de diciembre en el Seminario de los Misioneros Trinitarios.
Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones. Toda la gente estaba asombrada, ya que se multiplicaban los prodigios y los milagros hechos por los apóstoles en Jerusalem. Hechos 2: 42-43


La creatividad de Robert, aplicando el lema del cenáculo: "SER POTENCIA PARA EL BIEN", nos ayudó a meditar en el sentido real de la Navidad. Por medio de canciones (con la participación de todos) fuimos comentando la grandeza y la importancia de esta fecha para los cristianos y para el mundo entero.




La magia de la guitarra de Karolina, la percusión de Carlos (al mejor estilo del Padre Kevin) y la voz de nuestra custodia Ana Isabel marcaron una noche especial.
En este compartir fraterno todos participamos, con comida, música o alguna reflexión. Pero principalmente como dijo doña Mireya: con mucha alegría!





Con cantos y mucha alegría, hermanos y hermanas de la Familia del Cenáculo Misionero celebramos el nacimiento de del Niñito Dios. Y esperamos ser instrumentos para compartir esa alegría en la Providencia de la Vida Diaria.




Los estudiantes y formadores del Seminario Trinitario ya están con sus respectivas familias, para celebrar estas fechas. Pero siempre los tenemos en nuestras oraciones. El cenáculo San Miguel Arcángel nos preparó unos bellos centros de mesa.
El día de Navidad de 1917, el Padre Judge recibió la aprovación del Obispo Allen, para comenzar la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento en el Cenáculo para obtener la bendición de Dios para los Sacerdotes y Hermanas, la gente y el lugar. No tenemos duda de que esa bendición es la que nos mantiene unidos en la cercanía o a la distancia.

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